… DESDE EL INSTINTO …
Me acuerdo el día del nacimiento de mi hija que me sorprendió la gran diferencia que se nota entre estar tumbada o en vertical cuando se tiene contracción. Lo primero que pensé fue :¿ pero como se puede aguantar esto tumbada?.
- Existe menor percepción de dolor en vertical y mayor eficiencia de las contracciones, ya que son menos frecuentes pero más intensas, conllevando una reducción de tiempos, sobretodo menos tiempo desde la dilatación completa hasta que nace el bebé, ya que cada esfuerzo de pujo se reduce un 30% en vertical.
- Menor compresión de grandes vasos, ya que una embarazada tumbada sufre la compresión de la vena cava con el riesgo de hipotensión y alteraciones del latido cardíaco fetal.
- La fuerza de la gravedad facilita el parto y el descenso del bebé de forma más fácil y rápida. En un parto en vertical no suele pasar aquello de que la cabecita asome y desaparezca entre contracciones, como sucede al asistir partos con las piernas para arriba. En vertical la cabeza no se retrae, la salida es muy suave y el pujo es muy efectivo ya que propiamente es una forma de empujar «familiar» para todos. A nadie se le ocurriría hacer una función expulsiva como defecar, con las piernas para arriba. El parto también es una función «expulsiva».
- Aumento de los diámetros pelvianos en un 28% por la nutación del sacro, el hueso que forma la pared trasera de la pelvis, que en cuclillas por ejemplo, se abre hacia atrás, ampliando la pelvis, mientras que tumbadas se dirige hacia arriba reduciendo el espacio del canal óseo entre sacro y pubis.
- Se permite una apertura completa del periné en vertical : Cuando una mujer está tumbada, el peso del bebé empuja contra la parte trasera del periné y se acumula una tensión excesiva en la región anal, con mayor riesgo de strip. En posición vertical, el peso del bebé se desplaza hacia adelante, en dirección al arco del pubis, con lo que el periné se vuelve menos vulnerable.
- Además en vertical se impiden las maniobras invasivas de acortamiento innecesario del parto como episiotomía ………. » porque sino la hago, no sale «…… Así que «hands off»! La mujer es la que dirige todo el proceso, sabe instintivamente cuando y como tiene que empujar. Parir en vertical es una postura íntima , que favorece además el que la mamá pueda ver y coger rápidamente a su bebé.
La OMS en el año 1985 con la Declaración de Fortaleza ya dijo :
«NO SE RECOMIENDA COLOCAR A LA EMBARAZADA EN POSICIÓN DORSAL O TUMBADA DURANTE LA DILATACIÓN Y EL EXPULSIVO. CADA MUJER DEBE DECIDIR LIBREMENTE QUE POSICIÓN ADOPTAR DURANTE EL EXPULSIVO«.
Así que tratemos de parir y de atender los partos recuperando el instinto, la energía corporal, y sin violar las leyes de la naturaleza, que han regido el nacimiento de los mamíferos durante millones de años. Abandonemos las conductas rutinarias, formulemos nuevas propuestas, y redescubriremos que lo esencial es reencontrarse con el cuerpo.
«EL PARTO Y EL NACIMIENTO SON EL PRINCIPIO Y EL PUNTO DE PARTIDA DE LA VIDA Y SON POR ELLO, PROCESOS QUE AFECTAN AL RESTO DE LA EXISTENCIA HUMANA. POR TANTO CREEMOS FIRMEMENTE , QUE LA APLICACIÓN DE LA HUMANIZACIÓN EN LOS CUIDADOS QUE SE PROVEEN AL COMIENZO DE LA VIDA HUMANA, SERÁ DETERMINANTE Y DEFINITIVA PARA LAS SOCIEDADES FUTURAS «.
P.D: Esta entrada está dedicada a Alba, que ha nacido hace pocas horas, con los pies de su mamá en la tierra. Si teneis ganas de leer más sobre el tema os paso el enlace a un artículo reciente del blog de El Parto es Nuestro Sin piernas no es igual: cambiar el foco de debate es importante.